Y encima hacerlo da el mismo trabajo que si le pones solamente pan rallado, es decir que con el mismo esfuerzo recibís un placer extra.
Para empezar corto las pechugas en filetes finos y a cada uno le pongo una buena dosis de sal, pimienta y un buen pimentón, esto va en el gusto de cada persona, pero para mi es importantísimo que la milanesa esté bien condimentada.
Luego elijo 3 recipientes distintos, en uno pongo el pan rallado que es por donde pasará la milanesa en primer lugar, luego los huevos batidos con sal, pimienta, pimentón y si es de su gusto alguna hierba, a veces le pongo ciboulette picada y me encanta como queda. En el último recipiente va el panko.
Empiezo a pasar cada pechuguita condimentada por cada uno de los recipientes y en ese orden.
Una vez terminado con todas las pechugas procedo con la fritura profunda, lo que significa que el aceite tiene que cubrir toda la milanesa para que quede con ese dorado perfecto y no tan grasosa, para mí lo ideal es poner el aceite a un fuego bajito e ir subiéndolo de a poco hasta llegar a la temperatura deseada, luego de sumergir cada milanesa hay que esperar a que tenga el dorado perfecto para sacarla.
El panko suelo comprarlo en el Barrio Chino.
En ese caso lo acompañé con choclo salteado en manteca y azúcar y una mini ensaladita de rúcula, queso Reggianito rallado y miel.
A disfrutar de esta simple y hermosa comida!!!!
