Me considero una persona con muy buena memoria para algunas
cosas, y tengo algunos disparadores mentales que me ayudan a recordar cosas que
quizás no tengan ninguna importancia pero que es más fuerte que yo y las
recuerdo. En la gran mayoría de los casos, me pasa con mis dos pasiones:
Independiente y la Comida. De esta forma, es normal escuchar en mí frases como “No
me acuerdo casi nada de ese Casamiento, pero me acuerdo que había un Lemon Pie riquísimo”
o “Me acuerdo que ese día jugamos con Boca, ganamos 2 a 1, con dos goles de
Insua”, sabiendo que ese día pasó hace más de 10 años. Y lo que es más común
que me pase es unir ambas conexiones, es decir recordar por cada partido (más
que nada los importantes), que comí ese día o el día anterior. Así puedo
recordar el guiso de lentejas de la noche anterior al ascenso, las pastas de mi
suegra del anteúltimo clásico de local e incluso el arroz con mariscos que
preparó mi suegra el día del descenso, ese puedo recordarlo, aunque apenas lo
probé de la tristeza que tenía.
Así es como esta tarta va a quedar en mi cabeza como la que
preparé la noche anterior del partido con Racing en el que les ganamos 3 a 0.
Para la tarta preparé una masa Brisee, que es una masa bien
crocante, con una importante cantidad de materia grasa, que a mí me encanta. Lo
importante para que salga bien, es tener en cuenta que la manteca no tiene que
derretirse, por lo que no hay que amasarla, sino solo unir los ingredientes.
Comienzo poniendo los 250gr de harina con los 125gr de manteca (se puede hacer
con las cantidades que quieran, siempre respetando que la manteca sea la mitad
de la cantidad de harina). Para unir los ingredientes se pueden usar un cornet,
para no trasladarle el calor de la mano a la manteca o ir desarmando la manteca
junto a la harina con los dedos y frotándolo unos segundos entre las manos, si
lo ven como algo muy complicado, se puede hacer en la procesadora y listo. Una
vez que están unificadas manteca y harina, se le agrega un huevo, una pizca de
sal y entre 30/40ml de agua fría. Se amasa hasta obtener una mezcla homogénea (no
en exceso por el tema de la manteca), se le pone film y se guarda al menos 30
minutos en la heladera.
Para el relleno usé dos cebollas moradas y dos comunes, 150
gr de panceta, un paquete de Quesabores de Provolone y Pategras y
aproximadamente 250 gr de Queso Gruyere cortado bien chiquitito. Las cebollas
las corte en pluma y las cociné durante bastante tiempo con aceite de oliva en
una sartén, les agregué sal, pimienta, pimentón dulce ahumado y una cucharita
de azúcar. La panceta la desgrasé cocinándola en una sartén sin aceite, ni
ninguna materia grasa (solo con la que desprende la propia panceta). Una vez
que estaban listas estas dos preparaciones, las junté, les agregué los quesos y
un chorrito de crema de leche.
La masa la estiré, la cociné durante unos minutos sin el
relleno (con un papel aluminio con arroz o garbanzos arriba para que no se
achique la masa), luego le retire el mismo y le agregué el relleno, volvió al
horno hasta que esté todo bien dorado.
Así la disfrutamos esa noche, sabiendo que al otro día
teníamos el Clásico de local, con esa hermosa ansiedad que transmite el fútbol
y esa gran tranquilidad de que de local no nos pueden ganar hace más de 11 años. Así es como cada vez que la
coma, voy a sonreir y me voy acordar de ese golazo de Mendez, de esta hermosa
pasión que me dejaron mi abuelo y mi viejo y que por suerte la puedo compartir
con mi esposo.
Ingredientes:
Para la Masa:
250 gr de Harina
125 gr de Manteca
1 Huevo
1 Pizca de Sal
30/40 ml de Agua
Para el Relleno:
2 Cebollas Moradas
2 Cebollas Comunes
150 gr de Panceta
250 de Queso Gruyere
Un chorrito de crema
1 cucharita de azúcar
Sal, pimienta, pimentón a gusto.
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