Estuvimos alojados en este excelente hotel a mediados de Septiembre 2017 y volvimos enamorados del hotel, de su Ciudad que es hermosa y por sobre todo de la vista que ofrece desde distintos puntos del establecimiento.
El mismo se encuentra en la cima del Monte Igueldo, una de las tres cumbres que se pueden ver desde la Bahía de la Concha, la historia de su ubicación data desde 1912 donde inauguraron el funicular, hicieron el torreón, casino y restaurante. En 1930 le agregaron el parque de diversiones que se encuentra también en el Monte.
La ubicación del hotel es alejada del Centro, ya que el Monte se encuentra en una de las puntas de la bahía y a 170 metros sobre el nivel del Mar. Nosotros nos movilizábamos con el funicular para bajar y subir, hay que tener en cuenta que por la noche no funciona, por lo que volvíamos en taxi. Si bien teníamos auto, preferíamos no utilizarlo ya que es bastante difícil encontrar estacionamiento en la Ciudad.A su vez la experiencia del fonicular es hermosa. Una vez que se baja del mismo, caminando hasta la Ciudad Vieja son alrededor de 25 cuadras, las cuales se caminan bordeando el Mar y con un camino muy bonito que vale la pena y se hace muy ameno.
El hotel cuenta con 4 estilos de habitaciones, nosotros nos hospedamos en la Privilege, habitación muy amplia, cómoda y con balcón externo con vista a la Bahía de la Concha, la mejor vista desde habitación de hotel que fuimos hasta ahora.
La habitación dispone de wifi gratuito, aire acondicionado, televisor pantalla plana, caja fuerte y frigobar.
El baño de la habitación también es amplio y cómodo con buena presión de agua, indispensable para una ducha reparadora luego de largas caminatas por la Ciudad.
El hotel dispone de parking exterior gratuito, nuestro consejo para moverse por la Ciudad es dejar el auto allí y utilizar funicular, caminatas y taxi para regresar por la noche al hotel.
En la última planta dispone de una gran piscina y solarium con vistas completas a la Ciudad, la bahía y el Mar. En sus jardines se encuentra una huerta donde plantan los productos que utilizan en la cocina del Restaurante del hotel.
En la planta principal por donde se ingresa se encuentra el Wine Bistro Bar Belle Epoque, el cual en conjunto con la recepción del hotel cuentan con juegos de sillones, mesas y barra ideal para tomar algo por la noche, admirar sus vistas por la mañana o disfrutar de un atardecer perfecto.
Dentro de los servicios que ofrece el hotel también se encuentra el gimnasio, por el cual no pasamos ya que no le encontramos mucho sentido a encerrarse en un gimnasio teniendo una Ciudad con tanto por recorrer.
La atención del personal fue excelente en todo momento, limpieza impecable y tanto el chico como la chica de la recepción (no recuerdo su nombre pero ella es hincha de la Real Sociedad) fueron siempre muy amables, serviciales y no tuvieron ningún inconveniente en recomendarnos que visitar por la zona y mostrarnos como llegar.
El hotel es de la cadena Accor, por lo que les recomendamos sacar su tarjeta de Le Club Accor con la cual suman puntos por cada noche en cada hotel de la cadena, los cuales se pueden canjear por noches gratis en un destino a elección, descuentos y la posibilidad de hacer upgrade de habitación en los hoteles que son midscale y upscale.
Es un hotel al que sin duda volveríamos en una próxima visita a San Sebastián por todo lo que ofrece pero sin dudas por tener una de las vistas más bellas del Mundo!
