domingo, 26 de abril de 2015

París

Llegamos a esta hermosa ciudad por la tardecita y ya teníamos contratado para esa misma noche el barco para navegar por el Sena de noche y ver la ciudad de las luces desde diferentes lugares, es una excursión que les recomiendo 100%, hermosa experiencia y hermosa primera vista de esta Ciudad.
Como fuimos con un tour, sabíamos que luego del barco, hacíamos excursión en micro recorriendo la Ciudad de noche, pero a la hora que íbamos a llegar al hotel iba a estar todo cerrado, por eso nos recomendaron comprar algo para comer antes de salir. Dejamos todos los bolsos en el hotel y nos fuimos caminando a buscar algo y nos topamos con una panadería de barrio Parisina, un placer. Haciéndonos entender como podíamos y con una excelente predisposición de los franceses (lo resalto ya que en general no recibimos ese trato), nos llevamos dos baguette de unos quesos fantásticos, una con jamón  crudo y la otra con una longaniza, excelentes los dos.
El paseo por el Sena y la excursión en micro recorriendo Paris de noche es hermoso.
Al otro día hicimos la excursión en micro pero de día y a primera hora de la tarde fuimos al Museo del Louvre. Al mediodía almorzamos en un barcito de paso, se llamaba Les Aigles, que no está en ninguna guía gastronómica, simplemente pasamos y nos llamó la atención los sándwich y crepes que vendían, acá comimos un crepe de jamón y queso y un panini de pollo al curry. Cuando salimos del museo caminamos por Champs Elysees hasta que la lluvia nos frenó y merendamos en Brioche Doree, donde comimos un flan de coco y una tarteleta de crema pastelera con frutos del bosque, lo acompañamos con dos bebidas raras, un oasis de frambuesa y un orangine que era como un jugo Cepita de naranja. Las bebidas estaban bien, la pastelería excelente. Luego recorrimos un poco más Champs Elysees y volvimos al hotel para ir a cenar cerca del mismo.
El hotel estaba en el barrio de Malakoff que es en las afueras de París con una estación de metro a dos cuadras que nos acercaba al centro, pero esa noche optamos por probar algo cerca del hotel para no movilizarnos nuevamente. Salimos a caminar y a dos cuadras nos cruzamos con un restaurante Italiano,  Pizza Luna, ya me gustó el nombre, porque una de mis sobrinas se llama Luna y además nos llamó la atención encontrar algo en castellano en esta barrio perdido de París. Entramos sin mucha expectativa y nos fuimos enamorados. Por dentro era un bodegón sin nada de glamour, en la mesa de atrás nuestro había una señora mayor tomando la tradicional sopa de cebolla con su perrito sentado en una silla. Nos sentamos y enseguida vino el dueño a atendernos que por lo que entendimos era árabe y nos atendió perfecto. Tal es así que como era mi cumpleaños, nos trajo unos gorritos, se sacó fotos con nosotros y me cantó el feliz cumpleaños en francés. Para comer pedimos unos pennes 4 quesos que estaban excelentes y un mix de pastas (cocktail de pates) que incluía tagliatelle carbonara, penne pesto, ravioles gorgonzola y lasagna bolognesa. Todo era perfecto. Puedo decir que cenamos mejor o igual que en cualquier restaurante de Italia y eso que en Italia comimos excelente también. De postre una creme brulee que estaba a la altura de los principales. Un bodegoncito para volver cada vez que vaya a París y un hermoso recuerdo de cumpleaños.
Al otro día luego de un excelente desayuno en el hotel fuimos a Versalles. Este palacio con sus jardines es hermoso por donde se lo mire, ni la lluvia y el frío pudieron dañar este paseo. Pasamos la mañana en Versalles para luego volver a París y subir a la torre Eiffel. Otra experiencia hermosa de vivir, poder ver esta ciudad perfecta desde la altura, el Sena entre sus calles es un placer a la vista y un recuerdo imborrable para todo el que lo vive. La última vez que había subido tenía 8 años y todavía podía recordar ese sentimiento que volví a sentir cuando lo hice de la mano de mi esposo.
El paseo fue precioso pero el frío y la lluvia me estaban dando un hambre terrible y todavía nos quedaban lugares por conocer. Así nos tomamos el metro para ir a Montmartre, donde almorzamos en Le Saint Regis, un restaurant tradicional donde la comida era muy buena. De entrada comimos unos mejillones gratinados que eran excelentes, poquitos pero muy ricos. De principal mi esposo comió un confit de pato muy bueno y yo una lasagna bolognesa que estaba buena, de postre la creme brulee excelente.
Luego recorrimos el barrio, subimos a Sacre Coeur (la Iglesia del Sagrado Corazón) desde donde hay una vista hermosa de París, volvimos a Champs Elysees para caminarla de noche, fuimos al arco del triunfo y así nos despedimos de esta hermosa ciudad a la que volvería mil veces por todo lo que  da. Por sus vistas desde la Torre Eiffel y Sacre Coeur, por lo hermoso de sus calles para recorrerlas caminando, por su riquísima pastelería y su excelente comida.
Finalmente en París no fuimos a comer a ninguno de los lugares que habíamos preseleccionado antes de viajar, nos fuimos llevando por cómo era el día y a donde nos llevaba el destino y comimos muy bien en todos los lugares a los que fuimos.

Les dejo los link de Tripadvisor con direcciones y opiniones de los lugares gastronómicos que visitamos.


Pizza Luna: http://www.tripadvisor.com.ar/Restaurant_Review-g947973-d3655850-Reviews-Pizza_Luna-Malakoff_Hauts_de_Seine_Ile_de_France.html
Le Saint Regis: http://www.tripadvisor.com.ar/Restaurant_Review-g187147-d6934719-Reviews-Le_Saint_Regis-Paris_Ile_de_France.html



















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